sábado, 3 de marzo de 2012

 
Miércoles, 29 febrero 2012

Patrimonio Residencial en nuestros campos
Cortijo abandonado y en ruinas. Badajoz.
Moisés Cayetano Rosado

        En estas tierras rayanas, de enormes superficies rústicas, tenemos un hermoso patrimonio edificado, aislado en medio del campo, que se nos está “cayendo a pedazos”, fruto del abandono y la falta de recursos para recuperarlo, rehabilitarlo, ponerlo en uso y en valor.
Puesto y residencia de Carabineros. Frontera Badajoz-Campo Maior.
        Desde los más humildes chozos a cortijos modestos, medianos y palaciegos, pasando por las casas de peones camineros, los destacamentos aislados de la Guardia Civil (en España) y Guardia Republicana (en Portugal) o las viviendas en los puestos de frontera, tenemos un rico legado de estancias
humildes, discretas, acomodadas y lujosas, suponiendo en su momento todo un alarde constructivo en muchos casos y de respuesta a las necesidades básicas en otros, que hoy confor
Cortijo abandonado y en ruinas. La Roca de la Sierra.
man parte esencial de nuestra memoria arquitectónica, y una lectura histórica de lo que era la vida en los inmensos “latifundios del sur”.

        En mi niñez, aún estaban la mayoría habitados. Y sus moradores bajaban al pueblo “de quincena en quincena” (los más acomodados vivían “de temporadas”, compartiendo estas residencias con sus inmuebles “en la capital”). En gran parte se autoabastecían, con sus sembrados, sus huertas, la granja más o menos abundante; a veces con mucha escasez, con penuria, con miseria incluso, pero otras desahogados en su autosuficiencia, completada con la visita de abastecedores con camionetas de reparto. Los más institucionales (guardias, aduaneros, peones camineros) no andaban muy alejados de las prácticas del propio campesinado.

Viviendas en abandono. Frontera de Caia-Elvas.
        Ya en mi adolescencia, fue cambiando el modelo, ruralizándose, en el sentido de vivir en los pueblos y desplazarse a sus tareas y misiones desde ellos; después, los que eran para funciones de frontera, perdieron su razón de ser. Con esto, fueron abandonándose las construcciones, derribándose algunas; quedando otras sometidas al despojo de materiales y a la acción devastadora de las inclemencias climatológicas.

        Así, ahora, solo desde una actuación sistematizada podría evitarse el expolio de la naturaleza, los oportunistas y el tiempo. Algunas leyes de protección e incentivos a la recuperación se han dictado, pero sin el seguimiento reglamentario y la dotación presupuestaria suficientes como para impulsar el necesario rescate de las construcciones.
Puesto de frontera sin uso. Campo Maior.

        Sería imprescindible completar los inventarios de inmuebles existentes, su estado de conservación, sus posibilidades y necesidades de rehabilitación; proyectar técnicamente las actuaciones convenientes; dotar de partidas económicas a las normas para la actuación sobre patrimonio público e incentivos a la iniciativa privada; impulsar, aparte de posibles usos públicos -museos, centros de interpretación, hospederías…-, otros particulares -“segundas” viviendas, casas de turismo rural…-; aprobar bonificaciones e incentivos fiscales, ayudas a la revitalización, etc.

        Todo ello para que esa riqueza que en su día fue el latir cotidiano de la vida rural, vuelva a nosotros como herencia patrimonial y lección viva de historia, que nos enseñe a comprender y apreciar nuestro pasado, con sus luchas y sus dificultades, y también con su sencillo discurrir, donde se daban sueños diferentes en este continuo caminar de nuestras vidas.

MOISÉS CAYETANO ROSADO. moisescayetanorosado.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Muy interesante este trabajo sobre restos históricos que presentas en tu blog, mi estimado amigo y paisano Moisés; el paso del tiempo deja su indeleble y fea huella en estos edificios que cumplieron su función en otros tiempos y que, ya en desuso, sólo son esqueletos arquitectónicos que soportan el paso inexorable de los años y el desidioso abandono de los hombres... Buena labor la tuya, querido amigo y paisano Moisés, la de rescatarlos del olvido con tu trabajos de investigación...
    Un abrazo extremeñamente fraterno de tu amigo
    Wenceslao Mohedas Ramos
    Jaraicejo (Cáceres)/ Barcelona

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    1. Sería necesario catalogarlos, desde los chozos a los palacetes campestres, y calificar su interés artístico, para en la medida de lo posible dictar sobre los que lo merezcan calificación de protegidos. Y, claro, establecer ayudas económicas y bonificaciones fiscales y de transmisiones patrimoniales para incentivar su conservación, en el caso de los privados; para los públicos, las normas deberían ser de obligada rehabiliatción en los casos de protección histórico-artística.

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