martes, 3 de septiembre de 2013


GERALDO SEM PAVOR, UN PERSONAJE DE LA FRONTERA
En: REVISTA DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS. Número II, 2013Pg. 933-950. (Homenaje a Julio Fernández Nieva.)

Geraldo era un caballero portugués que nació alrededor de 1132 y estuvo al servicio de D. Afonso Henriques, primer rey de Portugal, con el que tuvo unas iniciales desavenencias que se esforzó en limar conquistando para D. Afonso importantes territorios -aunque algunos efímeramente o incluso de forma simbólica- como: Serpa, Moura, Monsaraz, Évora y Juromenha en Portugal, y Trujillo, Santa Cruz de la Sierra, Cáceres, Montánchez, Lobón y Badajoz, en España.
La “Chrónica Gothorum” se refiere a sus tropas como bando de ladrões, que fazia a guerra por conta própia y Giraldo cognominato sine pauore, et latronibus sociis eius. La “Crónica de la Monarquía Lusitana”, de Frei António Brandão, en el siglo XVI, por contra, lo tilda de hum Cavaleiro muy esforçado”, si bien reconoce que “ganhava o necessario a ponta da lança.
Los más importantes historiadores portugueses del siglo XIX: Alexandre Herculano y Oliveira Martins, lo tachan de  indiferente à luta do predomínio das duas raças, e atento só a saciar a própria crueldade e cobiça nas suas correrias e assaltos sem objecto político y jefe de companhias de bandidos que batalhavam por conta propia, sem noção de pátria a que pertencessem. Otros historiadores lusitanos posteriores, como David Lopes o José Pires, en base a fuentes cristianas y musulmanas, lo comparan con El Cid Campeador, defendiendo su figura como noble, valerosa y desprendida.
Uno de los más conocidos historiadores portugueses de finales del siglo XX y principios del XXI, José Hermano Saraiva, recoge ambas versiones, sin arriesgarse a emitir un juicio propio, si bien reconoce que su actuación en terreno extremeño -de competencia del rey leonés Fernando II- era un servicio importante que prestaba al monarca luso numa região em que os compromissos políticos do monarca o impediam de  fazer a guerra .
En España, los historiadores no han abordado suficientemente esta figura, que José Luis Martín y María Dolores García, en el tomo II de la “Historia de Extremadura”, tocan de pasada, precisando que es un noble portugués que en 1165 conquistó Trujillo, Évora y Cáceres, y un año después Montánchez, Serpa, Juromenha y hasta planeaba la conquista de Badajoz. Algo más explícitos son los responsables de los capítulos de “Historia Medieval” (Julián Clemente, José Luis de la Montaña y Ángel Bernal) en “Extremadura: la historia”, reconociendo que llega a dominar la ciudad de Badajoz, aunque no consigue conquistar la Alcazaba, enfrentado a los almohades que tienen el apoyo en ello del rey leonés Fernando II. La conquista de la capital pacense -dicen- suponía prácticamente el control de la Extremadura musulmana. Estos historiadores se deciden por acusar a Geraldo de “aventurero”, al tiempo que lo llaman “el Cid luso”.
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