viernes, 27 de septiembre de 2013

VENDER HUMO Y SUEÑOS
Dice un amigo mío que trabaja en Ecuador -y es un “lince” en la organización de Encuentros, Congresos, Exposiciones, etc.- que él es un “vendedor de humo”. Vendedor de proyectos, de ilusiones.
Pongo en Google la frase y me sale un corto de animación en 3D con el mismo nombre, que ha sido finalista de los Goya 2013, tras lograr el año anterior diversos reconocimientos. Son seis minutos y medio realizados por los alumnos de www.PrimerFrame.com, bajo la dirección de Jaime Maestro Sellés, que están disponibles en el siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=dwWqMgddes4.
Si bien el vendedor de ilusiones, de sueños, es el típico “sacamuelas” de las películas del Oeste, y los clientes habitantes de un pueblo somnoliento, monótonos, apáticos…, el humo de colores que extiende en el ambiente y crea seres y objetos fabulosos, apetecibles, revuelve la vida oscura de estos protagonistas.
Es evidente que todo es fantasía, y que la realidad los golpeará al final, pero siempre queda el recuerdo de los momentos mágicos vividos. El momento fantástico, revulsivo, que podrán soñar con que se vuelva a repetir.
Lo recomiendo, porque es un soplo de frescor, sacudida tierna, dinámica, dentro del tedio cotidiano.
Y por similitud de nombre, el propio youtube me ofrece otro enlace (http://www.youtube.com/watch?v=mFdjcKJqBks) digno de tener y retener: Vendedor de sueños. Corto argentino de diez minutos, creado por Rombo Velox, protagonizado por el cómico Favio Posca (vendedor de hilos de colores y de “sueños” en el bus urbano) y la mítica actriz China Zorrilla, en el papel de su abuela.
Magnífico canto a la ilusión, a la potencia de los sueños, a su capacidad para doblegar una tozuda realidad que nos golpea.
Excelente ambientación en el autobús, donde cada uno está en su mundo, mientras el charlatán pregona las bondades de su oferta, la enorme rebaja que en ese momento está dispuesto a hacer. Y más cuando ofrece su “producto estrella” y gratuito: que durante 10 segundos sueñen con un deseo para que éste se haga realidad. Oficio -el de “vendedor de sueños”- heredado de su abuela, alegre, positiva siempre en medio de las dificultades cotidianas. ¡Y se cumple en algunos viajeros, que lo visitan para agradecerle su intervención crucial en medio de sus problemas aliviados o resueltos!
Canto a la esperanza y al candor, que se complementa con el anterior, porque el humo y los sueños -etéreos, fugitivos- están ahí para aprehenderlos, para que no los dejemos escapar.

Moisés Cayetano Rosado

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